Mi Primer Mes en Alemania
Por: Ana Gabriela Porras
Puedo decir que la experiencia que he vivido durante este casi primer mes en Alemania ha sido una de las experiencias que me marcará para toda la vida.
Mi madre siempre me decía que la mejor universidad es la vida. Yo nunca entendí el porqué y cada vez que iba creciendo me daba cuenta de que en cada etapa había algo nuevo que aprender. Uno pensaría que se las sabe todas, al menos después de vivir tanto tiempo sola lejos de casa. Jamás se me pasó por la cabeza eso al tomar este reto, y ahora lo veo tan claro: NO, NO SABES NADA AÚN DE LA VIDA.
Sin embargo, todo ha sido un constante subir y bajar (aún no estoy ni en el inicio de mi año aquí) pero uno de los grandes estereotipos que te marcas al venir a otro país es que ¨los alemanes son fríos¨, y pues déjenme decirles que es un estereotipo muy marcado y nada real.
La gente en mi proyecto, al momento de mi llegada, me acogió totalmente. Si tú subes a un tren y saludas te contestan con una gran sonrisa. Aquí en Múnich es cordial saludar con dos besos en la mejilla (es algo a lo que aún no me acostumbro), pero con el tiempo se me hará rutinario.
El proyecto en el que estoy es un Kindergarten en el cual trabajo con niños de 4 a 6 años, me encanta pasar con los niños, hacemos actividades juntos, por lo general nada basado en rutina. Con ellos cada día es diferente y nuevo. El primer día que me presentaron a los niños les contaron que yo venía de Ecuador y que no sabía alemán.
Sara, una de las niñas, se lo tomó en serio y me empezó a indicar palabras en alemán. Desde ese momento nos hicimos amigas, ahora que ha transcurrido 2 semanas de empezar mi voluntariado con ellos, ya sé un poco más de palabras y les entiendo un poco mejor.
La ciudad es muy bonita y con mucha historia. Aquí les dejo unas fotos de lo lindo que es conocer otra cultura. Iré al Oktoberfest mañana con un vestido que he conseguido acorde a la ocasión.
Un abrazo.